LA CHIRIMÍA
Hace mucho tiempo, había una hermosa
princesa que estaba triste. Su papá, el rey, quería hacerla sonreír y le regaló
joyas, pero ella no sonrió.
Él trajo músicos que tocaran para ella,
pero no sonrió.
Él pensó que, si ella se casara, sería feliz.
Hombres muy educados y elegantes vinieron a verla, pero ella no sonrió.
Un hombre muy humilde con una hermosa voz, vino a verla, ¡y ella sonrió! La
princesa dijo al hombre:
— Yo me casaré contigo si puedes cantar tan dulcemente como los pájaros.
— Entonces tendré que aprender a
cantar como los pájaros—le dijo. Y se fue al bosque. Después de tres días, él
se puso a llorar. El espíritu del bosque llegó y le preguntó:
— ¿Qué pasa?
— Quiero cantar tan dulcemente como
los pájaros, pero no puedo—le
dijo. El espíritu del bosque le dio una chirimía y le
enseñó a tocarla. El bosque se llenó de una música tan dulce como el canto de los
pájaros. El hombre volvió a ver a la princesa y tocó la chirimía para ella. La
princesa escuchó a música y sonrió. El hombre se casó con la princesa, y los dos
vivieron muy felices. Desde entonces, los mayas siempre tocan la chirimía.
Mary Capellini, 1999, Farolitos.Adaptación
MTP
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario