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jueves, 26 de enero de 2017

CELSO ROMÁN - LAS ALMOHADAS

LAS ALMOHADAS

Celso Román - Colombia

Resultado de imagem para PLANTA SIETECUEROS DE COR MORADA GIF ANIMADODurante mucho tiempo se creyó que las almohadas eran el simple producto de una leyenda propalada por los pastores de la alta montaña.
Ellos afirmaban que no era sino sentarse a la sombra de un sietecueros de flores moradas y tocar la quena con amor para que empezaran a aparecer. Se entremezclaban con las mansas ovejas y con ellas pastoreaban la loma comiendo grama tierna y amarillas flores de retama.
Nadie nunca había cogido una viva para demostrar la verdad, pues las almohadas que viven en libertad son extraordinariamente tímidas. La silenciosa montaña hace que el más leve ruido sea inmediatamente detectado: dejan de comer, levantan medio cuerpo y miran atentamente en todas direcciones. A la menor señal de peligro se escabullen veloces buscando los tupidos matorrales del páramo.
El primero que amansó una almohada fue Desiderito Palma, un pastor de Miraflores. Fue por la época en que conoció a Adrianita Pérez, una muchacha delgadita, de ojos negros y pelo largo, que sembraba rosas y claveles en un cuadrito de tierra al lado de un robledal.
Desiderito la conoció un domingo en el mercado cuando ella bajó al pueblo a vender flores y él a vender lana. Ese día por la tarde ya estaba enamorado y desde entonces se pasaba las horas en la montaña cuidando sus ovejas y tocando la quena, inventándose melodías de amor para la bella que le había robado el corazón.
Estando debajo del sietecueros de flores moradas le pasó lo que les pasaba a los pastores enamorados: las almohadas silvestres salieron tímidamente a triscar revueltas con las ovejas. Cuando al domingo siguiente lo contó en el pueblo, se rieron de él diciéndole que lo que pasaba era que estaba tan enamorado que veía visiones. Adrianita se ruborizó, pero dijo que sí le creía, pues ya empezaba a descubrir que ese amor era verdadero y que Desiderito no mentía.
Él volvió a la montaña con su rebaño y se dio cuenta de que entre más grande era el amor que sentía, más linda salía la música de su quena, menos flores amarillas de retama comían las almohadas y más se acercaban a escucharlo.
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Con el transcurrir de los días hubo una que se aproximó despacito, con el mullido cuerpo levantado y apoyada únicamente en sus cuatro puntas blancas, llegando paso a paso, como pensando cada movimiento, dejando por un instante la pata en el aire, indecisa, pero por fin arriesgándose.

Durante horas y horas escuchaba la música sin dejarse tocar, hasta que llegó el día en que se acercó ronroneando y se acomodó detrás de su cabeza invitándolo a recostarse en ella. Fue un agradable descubrimiento reposar en una almohada mullida que endulzaba el corazón cuando el pastor pensaba en Adrianita.
Desiderito sabía que la almohada lo escuchaba cuando le contaba los progresos de su amor.
Una mañana llegó especialmente feliz a decirle que por fin se iban a casar y por lo tanto ella era libre de volver al páramo con las demás almohadas. Por primera vez en tanto tiempo el mullido animalito de monte habló para decirle que si la libertad era escoger, su decisión estaba tomada: se iba con él, como su primer regalo de bodas.
Esa misma tarde la gente se convenció de que el cuento del pastor no era la invención mágica de un enamorado: la almohada silvestre llegó caminando como otra de sus ovejas, dispuesta a compartir también el amor.

Sobra decir lo felices que fueron los recién casados compartiendo lo poco que tenían, pero que por ser grande el querer, parecía mucho. Dulces sueños después del amor soñaron, abrazados sobre la tierna almohada que desde entonces, alimentándose de ternura, no volvió a necesitar las amarillas flores de retama.
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AUTOR DESCONOCIDO - LA ARAÑA Y LA VIEJECITA

LA ARAÑA Y LA VIEJECITA



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Autor desconocido
           En una casita, en lo alto de una montaña, vivía hace tiempo una viejecita muy buena y cariñosa.
Tenía el pelo blanco y la piel de su cara era tan clara como los rayos del sol.
Estaba muy sola y un poco triste, porque nadie iba a visitarla.
Lo único que poseía era un viejo baúl y la compañía de una arañita muy trabajadora, que siempre le acompañaba cuando tejía y hacía labores.
La pequeña araña, conocía muy bien cuando la viejecita era feliz y cuando no.
Desde muy pequeña la observaba y había aprendido tanto de ella que pensó que sería buena idea intentar que bajara al pueblo para hablar con los demás. Así aprenderían todo lo que ella podía enseñarles.
Resultado de imagem para ARAÑA  GIF ANIMADOElla les enseñaría a ser valientes cuando estén solos, a ser fuertes para vencer los problemas de cada día y algo muy, muy importante a crear ilusiones, sueños, fantasías.
Las horas pasaban junto a la chimenea y las dos se entretenían bordando y haciendo punto.
La viejecita, apenas podías sostener las madejas y los hilos en sus brazos.
¡Qué cansada me siento!, ¡Me pesan mucho estas agujas!. Decía la ancianita.
La arañita, la mimaba y la sonreía.
Un día, la araña, pensó que ya había llegado el momento de poner en práctica su idea.
¿Sabes, lo que haremos?. ¡Iremos al mercado a vender nuestras labores!. ¡Así, ganaremos dinero y podremos ver a otras personas y hablar con ellas!.
La anciana no estaba muy convencida.
¡Hace mucho tiempo que no hablo con nadie!. Dijo: la anciana.
¿Crees que puede importarle a alguien lo que yo le diga?.
¡Claro que sí!. ¡Verás como nos divertimos!.
Se pusieron en marcha, bajaron despacito, como el que no quiere perder ni un minuto de la vida.
Iban admirando el paisaje, los árboles, las flores y los pequeños animalitos que veían por el camino.
Llegaron al mercado y extendieron sus bordados sobre una gran mesa.
Todo el mundo se paraba a mirarlos. ¡Eran tan bonitos!.
La gente les compró todo lo que llevaban. ¡Además hicieron buenos amigos!.
Enseguida, los demás, se dieron cuenta de la gran persona que era la viejecita y le pedían consejo sobre sus problemillas.
Al principio, le daba un poco de vergüenza que todo el mundo, la preguntara cosas. Pero poco a poco descubrió el gran valor que tienen las palabras y cómo muchas veces una palabra ayuda a superar las tristezas.
Palabras llenas de cariño como:
¡Animo, adelante, puedes conseguirlo!. ¡Confía en ti, cree en ti!.
Ella también aprendió ese día, que las cosas que sentimos en el corazón, debemos sacarlas fuera, quizá los otros puedan aprovecharlas para su vida.
La arañita le decía a la anciana: ¡Deja volar tus sentimientos, se alegre, espontánea, ofrece siempre lo mejor de ti!.
La viejecita y la araña partieron hacia su casita de la montaña.
Siguieron haciendo bordados y bordados.
Trabajaban mucho y cuando llegaba la noche la araña se iba a su rinconcito a dormir. La anciana se despedía de ella y le decía: ¡Gracias por ser mi amiga!.
¡Un amigo, es más valioso que joyas y riquezas, llora y ríe contigo y también sueña!.
Resultado de imagem para CASITAMientras sentía estos pensamientos, la viejecita se iba quedando dormida, sus ojos cansados se cerraron y la paz brilló en su cara.
La luna les acompañaba e iluminaba la pequeña casita y nunca, nunca estaban solas. Más allá, muy lejos, sus seres queridos velaban sus sueños.


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martes, 3 de enero de 2017

PELÍCULA LA CENICIENTA - CUENTOS INFANTILES CLÁSICOS

LA CENICIENTA            

Género
Cuento
Subgénero
Cuento de hadas, Literatura infantil
Edición original en alemán
Título original
Cendrillon (Perrault)
Aschenputtel (Grimm, KHM 021)
1
Publicado en
Kinder- und HausmärchenHermanos Grimm
País
Alemania
Edición traducida al español
Texto en español
La Cenicienta (Grimm) en Wikisource


   
La Cenicienta es un cuento de hadas folclórico que cuenta con varias versiones, orales y escritas, antiguas y modernas, procedentes de varios lugares del mundo, especialmente Del continente eurásico. En el sistema de clasificación de Aarne-Thompson, se adscribe al grupo de los cuentos folclóricos ordinarios (II), dentro de él, al de los ayudantes sobrenaturales (500 - 559), y en concreto al subtipo 510 A: el de la heroína perseguida.
Una de las formas del cuento de la Cenicienta más conocidas en occidente es la Del francés Charles Perrault, que escribió en 1697 una versión de la historia transmitida mediante tradición oral; la de Perrault se conoce con el título Cendrillon ou La Petite Pantoufle de Verre (Cenicienta o El Zapatito de Cristal). Anterior a ella es la Del italiano Giambattista Basile: La Gata Cenicienta (en italiano, La Gatta Cenerentola; en el original napolitano, La Gatta Cennerentola), que bebe de la tradición juliana; en esa zona, se habla el napolitano, y en ese idioma está escrito el cuento de Basile. El cuento forma parte de la obra Pentamerón.
En Alemania, la versión de la Cenicienta que forma parte de la colección de cuentos de hadas (Märchen) de los Hermanos Grimm Kinder-und Hausmärchen (Cuentos de la infancia y del hogar) es hasta ahora la más popular. La versión del año 1812 de los Hermanos Grimm varía sin embargo en muchos detalles de la francesa, lo que no es extraño si se toma en cuenta que cada país europeo tiene su propia tradición oral del personaje.
Disney realizó en 1950 una versión de la Cenicienta que se asemeja más a la de Perrault que a la de los Hermanos Grimm, razón por la que en América es la de Perrault la más conocida.A princesa Cinderela | ABC do BEBÉ

lunes, 2 de enero de 2017

ANÓNIMO - ¿QUIÉN MANDA EN LA CASA?

¿QUIÉN MANDA EN LA CASA?
MATRIMONIOS
CHISTE
Tres amigos están conversando en un bar sobre sus esposas. Uno dice, "Anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, así que nos sentamos a hablar, y decidimos tomar las decisiones entre los dos."
El segundo dice, "Pues anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, empezó a gritarme hasta que me cansé y le dije que hiciera lo que quisiera."
El tercero se queda en silencio, hasta que los otros le preguntan, "¿Y tú no tienes problemas con tu mujer?"
"Bueno, anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, pero en media hora ya la tenía caminando a gatas por la casa."
Los otros estaban asombrados, "¿Y entonces qué pasó?"
"Bueno, entonces ella gritó, '¡Sal de debajo de la cama y pelea como un hombre!'"