LA INCREÍBLE ESTRELLITA DEL MAR.
MARISA ALONSO SANTAMARÍA
Estrellita del mar era muy bella,
por dentro y por fuera. Todos los demás habitantes del océano eran testigos de
dicha belleza, y se lo hacían saber casi cada día al cruzarse con ella. Era muy
admirada y querida bajo el fondo del mar y, sin embargo, Estrellita estaba
triste.
Cuando salía a la superficie del
mar, Estrellita contemplaba el cielo y envidiaba el brillo y la luminosidad de
aquellas estrellas. Compartían nombre, pero Estrellita se sentía mucho más fea
e inferior que ellas. Cada vez que se asomaba por fuera del mar, y también
cuando no, deseaba con fuerza convertirse en una de aquellas estrellas
brillantes y luminosas del firmamento. Y a veces era tan fuerte el deseo, que
la comía por dentro.
Un pez amigo suyo, que observaba su
desdicha, le dijo:
- Estrellita, no tienes nada que
envidiar a tus hermanas del cielo, porque tu belleza es tan brillante o más que
la de ellas. Tú eres valiosa por fuera y por dentro.
Estrellita, aunque agradecida por
las palabras de su amigo, no se convenció, y continuó triste soñando ser de
otra forma. Suspiraba noche tras noche y se recreaba en su tristeza
contemplando el cielo, cada vez un poquito más triste.
Hasta que un día, Estrellita soñó
que era una estrella del Universo, esa con la que tantas veces había soñado.
Pero el mar se veía entonces muy lejos, y sus amigos quedaban atrás, no
pudiendo ni siquiera saludarlos. También estaba lejos del resto de estrellas
del cielo, a pesar de que desde el agua parecían amontonarse y estar todas muy
unidas. Y no se sintió dichosa allí en el cielo.
Al despertar de aquel
sueño, Estrellita comprendió lo que aquello significaba.
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